lunes, 21 de enero de 2008

LA ELUSIÓN DEL DESTINO

Un día por la mañana desperté con un fuerte dolor de cabeza y una luz que deslumbraba mis pupilas. Sin saber cómo acabé en un lugar que no conocía, miré mis pies, inexplicablemente tenían una irrompible cadena. Entonces miré hacia la luz, ¡cómo era posible!, estaba en el fondo de un lago. De todas maneras , ya que estaba indispuesta, intenté gritar pero entonces el agua inundó mis pulmones . Mi aire se agotaba, y lo peor era que nadie sabría ni quién era, ni quién acabó con mi vida. Por eso decidí lanzar una piedra hacia arriba en otra dirección, esperé, esperé y entonces un hombre me vio. Se sumergió arrancó del suelo la cadena y me sacó. Le dije quién era y quién fue el culpable de mi sufrimiento. Desde el suelo le miré y entonces mi cuerpo se fue al infierno junto con mi alma de demonio.

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