jueves, 20 de diciembre de 2007

LOS PRIMOS Y YO

Aquella tarde no bajó a comprar a su hora habitual. Se entretuvo a hacer los deberes, y los necesitaba para esa misma tarde. Por eso, cuando escuchó el ruido a través de la puerta se dio cuenta de que eran sus primos. Por lo que había pasado sus primos se enfadaron. Sus primos le habían dejado el gato en casa una semana para que lo cuidara, y el gato se había escapado saliendo corriendo hacia una casa abandonada, que llevaba cinco años sin tejado ni balcones.

Los primos lo fueron a buscar y lo encontraron en la casa abandonada, donde se escondía debajo de un colchón que estaba mojado y cuajado de manchas de moho. Y además de cuajado estaba lleno de polvo y telarañas, que eran negras como el carbón y muy pegajosas como un chicle, o como si un bote de miel se hubiera derramado sobre él.

El gato además de sucio estaba todo lleno de chicle y el chicle todo seco. Entonces los primos se reconciliaron.

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